El pasado domingo 22 de septiembre Bruno Rodriguez, Ministro de Relaciones Exteriores en Cuba compareció en la ONU a propósito de la Cumbre del Futuro. En su discurso el canciller llamó a respetar el derecho de los pueblos a elegir su sistema político, como única vía de “asegurar la convivencia pacífica”. Usando como argumento el cambio climático, recalcó la necesidad de que se faciliten fondos para cumplir los Objetivos de desarrollo Sostenible y se condonen las deudas; muy oportuno para países como Cuba con una crisis económica sin precedentes. El ministro reclamó además el apoyo de los países desarrollados para poder acceder a más recursos. Aprovechó la ocasión para una vez más, justificar las carencias que sufre el pueblo cubano con el Embargo de Estados Unidos y la inclusión del país en la lista de países patrocinadores del terrorismo.
Pese al intento de boicot de Rusia con un proyecto de enmienda, inmediatamente rechazado por la delegación del Congo y 143 votos a su favor; la Asamblea de la ONU adoptó la resolución “El Pacto para el Futuro” (documento A/79/L.2) sin necesidad de votación. El Pacto compromete a los países a realizar transformaciones concretas para implementar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Parte de este acuerdo es también el anexo Pacto Digital Mundial, el cual se propone un espacio digital abierto y seguro que proteja y promueva los derechos humanos. Este documento junto al anexo Declaración sobre las Generaciones Futuras, compromete a las naciones a realizar acciones para promover la estabilidad, la paz y la seguridad internacionales y garantizar sociedades pacíficas.
Aliándose a la delegación rusa, Cuba se abstuvo durante las votaciones de esta resolución, defensora de los derechos humanos y las libertades fundamentales. En una de las acciones plasmadas en el documento reafirma “la necesidad de construir sociedades pacíficas, justas e inclusivas que proporcionen igualdad de acceso a la justicia y se basen en el respeto de los derechos humanos, el estado de derecho y la buena gobernanza a todos los niveles e instituciones transparentes y eficaces que rindan cuentas”. Verse obligado a asumir públicamente la responsabilidad por las repetidas violaciones de los derechos humanos de los cubanos, entre otras cuestiones, puede haber influenciado al gobierno totalitario cubano a tomar esa postura.
En consonancia con la Agenda 2030, a través del Pacto del Futuro se emprenderán acciones para el uso sostenible del océano y sus ecosistemas. Enfrentar la contaminación del aire, las aguas y la tierra, es otro de los objetivos trazados. Para conseguirlo se implementará un documento internacional jurídicamente vinculante sobre la contaminación de plásticos. Vale resaltar la intención de solucionar los efectos negativos del cambio climático y proteger los derechos humanos y ambientales de los jóvenes, a través de la Acción 35; la cual precisa a gobiernos totalitarios como el de Cuba, a preservar la salud de sus ciudadanos ante la contaminación ambiental.
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