A solo cuatro kilómetros de la fábrica de refrescos Los Portales S.A., en el municipio de Guane, se encuentra el río homónimo, una fuente natural que antaño fue símbolo de pureza y orgullo local. Hoy, sin embargo, está cubierto de plásticos y desechos sólidos que lo convierten en un vertedero a cielo abierto.
El abandono gubernamental y la falta de gestión ambiental han llevado a los pobladores de la zona a depositar su basura en las orillas del río, lo que inevitablemente termina contaminando sus aguas. “El gobierno no recoge los desechos, y la gente no tiene otra opción que crear vertederos improvisados. Al final, todo va a parar al río”, denunció un vecino de la comunidad de San Juan.
Naturpaz al rescate
Ante esta situación, Yoelexis Acosta, miembro del Consejo Comunitario de la organización ambiental Naturpaz, acudió de manera voluntaria para apoyar las labores de limpieza junto a pobladores locales. “Este río es vital para la comunidad, pero está siendo destruido por la indiferencia oficial”, afirmó Acosta.
El contraste resulta evidente: mientras el agua de Los Portales alimenta a una empresa mixta entre Nestlé S.A. y la Corporación Alimentaria de Cuba (CORALSA), reconocida internacionalmente por marcas como Ciego Montero y Los Portales, los habitantes cercanos carecen de condiciones mínimas de saneamiento y medioambiente.

Entre la riqueza empresarial y la pobreza local
La fábrica de Los Portales S.A., construida en la década de los 80 y modernizada tras una inversión millonaria en los 90, es considerada un ejemplo de éxito empresarial en Cuba. Su producción de agua embotellada y refrescos goza de gran reputación internacional por la calidad y pureza del manantial de origen.
Sin embargo, la realidad de las comunidades cercanas es distinta. El salario promedio de un cubano no alcanza para comprar con frecuencia un refresco Ciego Montero, cuyo precio ronda los 200 pesos, mientras sus pobladores conviven con un entorno degradado y contaminado.
“Las áreas alrededor de la fábrica están llenas de desechos. A las autoridades no les interesa mantener limpio ni proteger los recursos naturales de los que obtienen beneficios”, señaló Acosta.
Una historia de agua y contradicciones
Los manantiales de Los Portales y Ciego Montero fueron localizados en la década de los setenta como parte de un plan estatal para el desarrollo de la industria de aguas minerales naturales. La calidad de estas aguas, con bajo contenido de sales y libres de sodio, hizo que pronto fueran codiciadas por empresas extranjeras.
En 1995, la asociación con la italiana Sanpellegrino (luego adquirida por Nestlé) consolidó a Los Portales S.A. como una de las principales productoras de agua mineral de la región. Desde entonces, el nombre de Los Portales se asocia internacionalmente con pureza y calidad.
Paradójicamente, el río que da nombre a la empresa se ahoga en basura y descuido.
Un llamado urgente
La contradicción entre el éxito empresarial y el abandono ambiental no pasa desapercibida para los pobladores. Mientras las ganancias de la fábrica fluyen hacia las arcas estatales y extranjeras, el río —fuente vital y símbolo de la comunidad— permanece olvidado.
Organizaciones comunitarias como Naturpaz insisten en que la protección del medioambiente debe convertirse en una prioridad real, más allá de discursos oficiales. La limpieza del río Los Portales no puede seguir recayendo únicamente en voluntarios, sino que debe ser parte de una estrategia integral para la salud de las comunidades y la sostenibilidad de la región.











