La Habana, 8 de julio de 2025 — Durante su intervención en la reciente cumbre de los BRICS, el presidente Miguel Díaz‑Canel hizo un llamado por la justicia ambiental, subrayando que el actual orden global ignora a los países del Sur, que son quienes más sufren los daños ecológicos . Habló del riesgo de dejar un planeta “irreconocible… tristemente condenado a resultar inhabitable” si no se actúa ya.
Sin embargo, mientras Cuba lucra con retórica internacional sobre contaminación y cambio climático, en el oriente del país crece una crisis silenciosa y mortal: la del municipio de Moa, en Holguín. Allí, décadas de operación de las grandes plantas de níquel han generado contaminación extrema del aire, suelo y agua, con consecuencias devastadoras para la salud de sus habitantes.
La doble moral: discurso internacional vs realidad en Cuba
En Johannesburgo (24 ago 2023), Díaz‑Canel afirmó que “más de 3 000 millones de personas se ven afectadas por la degradación de los ecosistemas” en el Sur y subrayó la urgencia de protección ambiental. Pero en Moa —principal centro de minería de níquel en Cuba— la realidad es que habitantes y trabajadores “respiran veneno”, con niveles de dióxido de azufre, sulfuro de hidrógeno y amoníaco por encima de estándares cubanos, generando bronconeumonías, bronquiectasias, tuberculosis y una incidencia creciente de cáncer pulmonar.
Estudios recientes, el procesamiento de níquel y cobalto, en actividades conjuntas con empresas como Sherritt International (Canadá), ha contaminado suelos y aguas costeras. Testimonios recogidos en redes sociales locales describen cómo “lo que sale de tu garganta es negro” y cómo “cae una sustancia del cielo” que deja su ropa sucia en minutos —un síntoma indignante de la exposición continua al aire tóxico.
Miguel Díaz-Canel Bermúdez usted que andaba denunciando en Brasil la contaminación ambiental y lo necesario que es tomar medidas para ello, aquí mismo en el oriente del país, tiene el mayor foco de contaminación ambiental de Cuba. Que van hacer?
Tambien en las redes sociales se han realizado denuncias recientes acerca de la contaminación ambiental en Moa, provocada por las plantas procesadoras de níquel que están causando graves problemas de salud entre sus habitantes. Enfermedades respiratorias, altos niveles de gases tóxicos y condiciones laborales precarias afectan diariamente a la población, sin que las autoridades tomen medidas efectivas. Esta crisis sanitaria y ambiental ha sido ignorada durante años, mientras se priorizan los beneficios económicos. Es urgente que se exija responsabilidad y acción inmediata para proteger la vida y el bienestar de los moenses.
Esta situación viola los derechos fundamentales de la salud, del medio ambiente, del derecho de todos los cubanos a tener un trabajo seguro y digno. El silencio y la inacción oficial exacerban la vulnerabilidad de la población, limitando su capacidad para exigir rendición de cuentas y reparación por daños.
Todos los días tenemos que soportar una sustancia que cae del cielo —limpias y al momento ya estás sucio otra vez. Lo que sale de tu garganta es negro. Es como si respiráramos veneno. Esta gente nos está matando lentamente. https://www.facebook.com/share/p/15Wv2yb41U/
Naturpaz exige Acción inmediata
1. Monitoreo ambiental transparente
* Instalar estaciones comunitarias que midan SO₂, H₂S, partículas PM y otros contaminantes en tiempo real.
2. Tecnología de vanguardia en las plantas
* Implementar filtros y limpiadores de gases, como “scrubbers” húmedos/secos, para reducir las emisiones.
3. Protección laboral y salud pública
* Proveer equipos de seguridad, gestionar campañas de detección de enfermedades respiratorias y cáncer, y garantizar atención médica especializada.
4. Transparencia y cooperación internacional
* Abrir auditorías ambientales independientes (ONU, OPS, ONGs), y que Moa Nickel y el gobierno cubano publiquen planes y avances reales.
5. Inversión social y ambiental
* Destinar parte de los beneficios de la industria a proyectos de salud, infraestructura limpia y educación ambiental, en sintonía con los derechos del pueblo moense.
Mientras Díaz‑Canel habló en los BRICS sobre la emergencia ecológica global, los cubanos en Moa siguen muriendo lentamente por una contaminación que se percibe desde sus pulmones, pero que no encuentra una respuesta institucional eficaz. Este contraste entre el discurso internacional y la realidad local exige una respuesta urgente y coherente. Moa no puede esperar mientras el mundo escucha. Cuba necesita urgentemente justicia ambiental!